El retiro en KTD nos ha permitido a 60 hispanoparlantes de las Américas y Europa participar en la práctica del karma-yoga, una disciplina en la que nos entregamos enteramente a contribuir con nuestras acciones o tareas al buen desarrollo de una actividad o proyecto. No existen las tareas “importantes” ni las “poco importantes”, ya que todas contribuyen al bienestar de toda esta congregación hermanada por el Dharma.
Las tareas incluyen limpieza, jardinería, cocina, atención a los lamas, filmar, fotografiar, mantener la Gompa, recibir a los compañeros, coordinar las entrevistas con Rinpoché, escribir, traducir, entre otras. No existe el “qué suerte” o el “qué mala suerte”. Cualquiera que sea la actividad en la cual nos ha correspondido participar, se hace con una motivación especial, con mucha responsabilidad y compromiso entusiasta, ofreciendo nuestro trabajo y sus frutos al beneficio de todos.
Esta es una ofrenda que está acompañada por el abandono del ego, e implica la acción generosa y desinteresada. Como resultado de esta práctica cultivamos la virtud de la humildad, la inclusión y el acercamiento a los compañeros que recién conocemos de una manera sincera y abierta.
Con respecto al karma yoga, Lama Karma Drodull, en su primera sesión de enseñanzas, nos comentó que en el budismo hay tres ruedas: el estudio y contemplación, la meditación (el trabajar con la mente abandonando las emociones perturbadoras), y la rueda de la actividad. Menciona que sin actividad, sin acción, este retiro no sería posible, ya que todas estas actividades que realizamos como lavar platos y ayudar en toda clase de tareas tienen el propósito de beneficiar a los demás.
El Monasterio KTD fue levantado hace 36 años gracias a la bondad y generosidad de miles de personas y se mantiene tan bien cuidado debido al trabajo de muchos voluntarios que realizan la mayor parte de las tareas requeridas para su buen funcionamiento.
Uno de los participantes en el retiro comenta: “karma yoga tiene el sentido de una plegaria por los demás, una práctica de servicio que se ha tomado con amor y cariño, una mínima forma de retribución a lo mucho que se ha recibido.”
