Durante este retiro hemos recibido mucho más de lo que seguramente cada uno de nosotros hubiera soñado. La despedida con Rinpoché no parece haber dejado espacio para algo más, sin embargo nos esperaba la clausura del retiro con un evento que nos inspiró aún más a la práctica. Un evento que nos mostró los resultados que pueden obtenerse en este camino espiritual. Rinpoché, habiendo puesto nuestras mentes en la dirección correcta, nos regala ahora un impulso adicional para inspirarnos.
Así tras la despedida con él, sesenta y cinco retirantes emprendimos un paseo a Karme Ling, el centro de retiros de tres años, localizado a unos 90 minutos de KTD.
Viajamos en dos autobuses. Como era de esperarse entre una sangha latina, el primer reto fue poder estar a tiempo, todos juntos y ordenados. Aunque no fue un éxito total, logramos dejar KTD y ponernos en marcha hacia nuestro objetivo.
En medio de bosques de más de diez variedades de pinos arribamos a Karme Ling. Venerable Kalo, uno de los monjes del lugar, nos da una bienvenida cálida y muy cordial. Una vez en la casa principal, dónde Khenpo Karthar Rinpoché habita y los lamas se reúnen, se nos invitó a conocer el lugar y con ello, todo lo que este encierra. Nos acompañaron entre otros, el Venerable Tsultrim quien es el guía de retiros para varones y quien ha realizado el retiro de tres años unas cuatro veces, y la Venerable maestra de retiros del área femenina, Venerable Chonyi, una monja quien hizo en Karme Ling el pasado retiro de tres años.
Karme-Ling es un lugar donde todo lo que se respira es Dharma. Tara Verde y Budha Shakyamuni aparecen en sitios inesperados en medio de los jardines. Como primer lugar a visitar, nos llevaron a la gompa del edificio principal y a los aposentos de Su Santidad el Karmapa, los cuales ha ocupado durante sus dos viajes a los Estados Unidos. Continuamos nuestra visita a través de la estupa, los alrededores con las cabañas para retiro solitario, las dos casas de retiros para hombres y mujeres y finalmente la corona del lugar, el Columbario.
El Columbario, es un espacio creado por Khenpo Karthar Rinpoché en el 2005, para ofrecer al vehículo transitorio de nuestra mente en esta vida, un lugar donde reposar en forma de cenizas que se guardan en las urnas o nichos. En este espacio Rinpoché ofrece plegarías cada mañana y cada tarde y durante todo el día resuena el mantra de Chenrezig, en la voz de SS el Karmapa. En el año 2011 fue bendecido por el Gyalwang Karmapa Ogyen Trinley Dorje y por otros grandes maestros del linaje. Dentro del Columbario, los budas principales de las Cinco Familias de Budas, resguardan las cenizas depositadas colocadas en un orden específico.
Aunque cada uno de los lugares que hemos visitado aquí es impresionante, más impresionantes son aquellos seres que le dan vida al lugar, los lamas que dirigen Karme Ling. Juntos, ellos son sencillamente la manifestación de la práctica en sus expresiones físicas, verbales y mentales, que sin duda llenan este espacio de una bondad que se respira. Gracias a ellos, regresamos a KTD llenos de inspiración y con una visión clara de lo que la práctica profunda puede representar para cada uno de nosotros.
Las fotografías son cortesía de: Alessandra Otero, Almendra Ramírez y Miriam Cuevas-Fournier.
